Nuestra marca es nuestro sello de identidad, es la manera en la que nos presentamos al mundo. Es importante que ésta se convierta en la mejor oportunidad que seamos capaces de transmitir, de ello depende nuestro éxito. Para ello, debemos definir cómo generar una marca a partir de una estrategia y ejecutarla de acuerdo a nuestras necesidades.
Debemos buscar aquello que nos hace memorables -únicos-, de este modo el usuario va a sentirse identificado y va a darnos la oportunidad que necesitamos en un mercado cada vez más competitivo.
Una marca debe extenderse por las ramas de nuestro modelo de negocio, más allá del logo. Tiene que ser capaz de transmitir emociones, de encontrar al usuario dónde y cuándo realmente la necesita. Los negocios precisan estar en contínua evolución para mantenerse en la cresta de la ola -o al menos para que no se vean arrastrados por la vorágine de la mediocridad-. Sabemos que existen diversos escenarios:
Construyamos algo nuevo. Empresas que desarrollan nuevos productos o servicios.
3,2,1... despegamos. Proyectos que están preparados para orbitar nuevas ligas.
Nuevos horizontes. Reposicionarse o adaptarse a nuevas realidades competitivas.
Capitán, cambio de rumbo. Redefinir objetivos, construir nuevas estrategias.
En el proceso de creación de una marca debemos tener claro el cometido de la estrategia de ésta, debemos ser conscientes que está fuertemente ligado al concepto de negocio y que, de la mano, podrán generar oportunidades de negocio exitosas. Una estrategia de marca exitosa debe regirse por los valores de la empresa y que por consiguiente sean reales y fieles.
Es importante definir la dimensión de la estrategia de marca a fin de adaptarse a la necesidad real a corto - medio plazo a fin de estar preparada para demostrar el potencial de la marca cuando se requiera.
Llamar a las cosas por su nombre. Pues bien, esa es una cuestión compleja que requiere creatividad y técnica por partes iguales. El naming acompaña a una marca, a lo largo de toda su vida -o parte de ella-, debemos conseguir que refleje sus valores y posicionamiento contextualizando las posibles connotaciones que pueda suponer su significado, sonoridad o pronunciación.
El ejercicio de naming forma parte de la estrategia de marca, un componente en el que entra en juego el desarrollo léxico-semántico del concepto, debemos reflejar el concepto de la marca de modo ágil y fiel a su esencia y a su vez conseguir un elemento diferenciador.
El hilo conductor que lo conecta todo. Y es que en cualquier novela encontramos una narrativa argumental que vertebra el desarrollo de la historia a fin de guiarnos por un relato. En este caso, esa novela es la oportunidad que el usuario le da a una marca para convencerle, a veces milimétrica.
Existen múltiples escenarios en los que impactar a un usuario, pero es nuestro trabajo atraer su atención para generar una conexión a nivel emocional en la que se pueda sentir representado.
No sólo es importante generar un discurso diferenciador que atraiga la atención del usuario, la forma en que desarrollemos el mensaje será el modo en el que le hagamos destacar por encima del resto.
El diseño de publicaciones editoriales es necesario para la maquetación y composición de infinidad de materiales corporativos que recopilan infinidad de información: manuales, folletos, catálogos, memorias...
El packaging es clave en el desarrollo de un producto para definir su carácter y destacar frente a sus competidores de forma inmediata en un sector donde la carga visual es muy fuerte.
Es importante mantener la esencia de la marca en todas sus extensiones. En entornos de grandes desarrollos es importante la figura del Brand Guardian para el correcto uso e implementación de la marca: aplicaciones de papelería, materiales audiovisuales, contenido online…
Debe haber un lugar dónde dejar plasmado todo el trabajo realizado, un manual donde ir a consultar las nuevas aplicaciones que vaya a realizarse, un repositorio que nos ayude a mantener la consistencia de nuestra marca.